MÚSICA Xabier Armendáriz
«María Bayo se reinventa»
Sábado, 9 de octubre de 2021. Teatro Gayarre de Pamplona. María Bayo, soprano y narradora. Conjunto instrumental (Roman Gottwald, acordeón; Pablo Martorelli, tiorba y guitarra; Joan Palet, violonchelo). Marc Rosich, dramaturgia y dirección de escena. Sergi Corbera, escenografía. Joana Martí, vestuario. Sylvia Kuchinow, vestuario. Dani Espasa, director musical. Divina Cleopatra: Obras de Georg Friedrich Händel, Antonio Sartorio, Johann Adolf Hasse, Astor Piazzolla, Carlos Guastavino, Jules Massenet, André Messager y Edmund Audran. Concierto inscrito en la temporada de la Fundación Teatro Gayarre.
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Cada vez con más frecuencia, encontramos que las grandes estrellas de la música clásica ofrecen proyectos que, por diferentes razones, se escapan de lo que habitualmente puede esperarse de un concierto al uso. Los montajes teatralizados de formaciones como Hespérion XX de Jordi Savall marcaron el camino, pero entre nosotros tenemos precedentes con más solera como los espectáculos de “antología de la zarzuela”. En esencia, se trata de encontrar fórmulas en las que la música se convierta en una herramienta más para realizar en escena una idea dramática, que es la que verdaderamente vertebra el espectáculo.
Una de las artistas que se ha unido más recientemente a esta tendencia es María Bayo, que presentaba en esta ocasión en el Teatro Gayarre su espectáculo Divina Cleopatra. Se trataba de ofrecer una visión de la última reina egipcia apartada de los mitos y de la concepción tradicional del personaje existente desde la antigüedad romana hasta prácticamente la actualidad; así, encontramos a una mujer independiente, libre y políticamente poderosa, que utilizaba todas sus facultades para mantener su estatus en un mundo de hombres. No deja el texto de establecer unos pocos paralelismos entre la trayectoria de Cleopatra y la propia carrera profesional de María Bayo, concluyendo toda la función con un mensaje reivindicativo. En lo musical, se pueden distinguir dos partes fundamentales en el espectáculo: una centrada en diferentes fragmentos de óperas barrocas que tratan la figura de Cleopatra y una sección con repertorio de los siglos XIX y XX, de carácter mucho más heterogéneo. Algunas de las obras que se escuchan durante ese segundo apartado siguen teniendo relación con Cleopatra, pero son minoría. Eso sí, el texto está bien trabado y permite justificar la inclusión de todas las obras.
Interpretativamente, el espectáculo fue claramente a más. El punto de arranque es una grabación de María Bayo cantando “V’adoro, pupille” de Giulio Cesare de Händel, en una toma sonora que encontraba a la soprano navarra al comienzo de su carrera. Cuando ella retomaba en vivo la interpretación del aria sin transición, la voz que se escuchaba en el escenario no estaba todavía en sazón y la entonación no era precisa. Poco a poco, la voz de María Bayo se fue asentando al interpretar los demás fragmentos barrocos, de manera que quedó claro que sigue conservando la cantante de Fitero facilidad para las agilidades. Donde tomó vuelo el espectáculo fue en toda la sección final que empezó con “Se equivocó la paloma” de Guastavino. Estas canciones nos muestran a una María Bayo más suelta, vocalmente menos exigida y, sobre todo, mucho más libre en lo interpretativo. Como ya ocurriera en el Festival Clásica Plus, fue modélica su interpretación del aria de María de Buenos Aires de Piazzolla, oportunamente colocada al final de la función y convertida en su verdadero clímax. Por otra parte, era aparentemente muy rompedora la composición del conjunto instrumental que acompañaba a Bayo durante toda la sesión, pero el hecho es que todo funcionó perfectamente y la dirección musical de Dani Espasa fue impecable.
En conjunto, Divina Cleopatra es un espectáculo que funciona bien y que demuestra cómo una cantante importante como María Bayo se reinventa y busca la manera de seguir aprovechando sus capacidades para investigar otros formatos de espectáculo.