CLÁSICA Xabier Armendáriz
“El mejor preludio”
Suele decirse aquí en Navarra que todo lo que se repite durante dos años consecutivos se convierte de hecho en tradición. De nuevo en 2023, la Orquesta Sinfonía Navarra ha unido sus fuerzas con la Orquesta Sinfónica de Navarra, la Coral Olitense y el Coro de Cámara Aizaga para ofrecer su propia visión de las Fiestas de San Fermín. En este caso, se trataba de extender el homenaje a Manuel Turrillas del año pasado para convertirlo en una propuesta parcialmente nueva, bajo el título de San Fermín Sinfónico.
No todo el repertorio que se escuchó el 2 de julio en Baluarte era realmente sanferminero. Por supuesto, hubo espacio para buena parte de los grandes éxitos sanfermineros de Manuel Turrillas, como por ejemplo su marcha Viva Pamplona, su pasodoble Pamplona, perla del Norte o los himnos de las peñas, por citar obras de estilos y funciones muy diferentes entre sí. Pero también hubo elementos no propiamente sanfermineros, como la aurora dedicada a San Francisco Javier o el actual himno de Osasuna, que agitaron las emociones del público. En esta ocasión, lo que no escuchamos fue el repertorio bailable que sí se presentó en 2022, incluyendo los mambos, bayones, etc., esas músicas de salón que constituyen seguramente la recuperación más interesante que se ha hecho en estos últimos años de la música del compositor de Barásoain.
Este concierto de 2023 sí tenía más repertorio propiamente sanferminero, con la incorporación de obras de otros dos autores, como son Silvanio Cervantes y Joaquín Madurga.
Del primero escuchamos algunas de sus obras más conocidas, como La Pilindros o La Dominguera, con las que La Pamplonesa cierra sus actuaciones sanfermineras. Pero también se recuperó la marcha Corporación, creada para la Procesión de San Fermín y que tiene ciertos elementos característicos de las marchas de John Philip Sousa, el célebre compositor de obras como Barras y estrellas para siempre o Washington Post, e igualmente más allá de lo sanferminero, pudimos escuchar La primera piedra, concebida para la colocación de la primera piedra del Primer Ensanche de Pamplona.
El homenaje a Joaquín Madurga fue más sucinto, pero no menos emotivo, pues escuchamos una versión sinfónico-coral de la célebre jota que cada 7 de Julio se canta en la Plaza del Consejo, durante la Procesión de San Fermín.
Fue por tanto un concierto muy completo, lleno de emociones y donde pudimos escuchar arreglos muy eficaces compuestos por Eneko Azparren, Mikel Abete y Jesús Garísoain.
Las obras de Manuel Turrillas, Silvanio Cervantes y Joaquín Madurga se basan en armonías y melodías de gran sencillez, y complicar demasiado los arreglos sólo contribuiría a desnaturalizar las obras.
Fue especialmente emocionante escuchar la Jota de San Fermín o La Dominguera en versiones tan literales, tan reconocibles en relación con lo que estamos acostumbrados a escuchar. La Orquesta Sinfónica de Navarra y la Orquesta Sinfonía Navarra actuaron con gran disciplina con la ordenada dirección de Javier Echarri, y lo mismo se puede decir de ambos coros.
Por otra parte, en el concierto de este año participaban también miembros del Grupo Ortzadar y los gigantes del Casco Antiguo de Pamplona, lo que otorgó sin duda más variedad al conjunto del espectáculo. Y por supuesto no faltó un aspecto esencial de la propuesta: Luis María San Martín volvió a situar al público con su habitual gracejo, explicando el contexto social de buena parte de las obras y las referencias que tienen muchas de sus letras, relacionadas con una actualidad que a nosotros nos ha quedado algo lejana.
El concierto terminó, como no podía ser de otra manera, con dos propinas: las célebres coplas de Turrillas y, sobre todo, el vals La alegría en San Fermín, más conocido como el Riau-Riau, que elevó nuevamente las emociones en la sala hasta su máximo.
Fue el mejor preludio posible para las fiestas de San Fermín 2023, con un repertorio realmente extenso de música de aquí.