«MÚSICA Y NATURALEZA» CON LA ORQUESTA SINFÓNICA DE NAVARRA EN BALUARTE

MÚSICA Xabier Armendáriz

“Música y naturaleza”

Jueves, 19 de octubre de 2023. Auditorio y Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona. Audree Oliverson, violín. Orquesta Sinfónica de Navarra. Emilia Hoving, directora. Carme Fernández Vidal: El reino maravilloso, (2022, estreno absoluto, obra encargo de la Fundación SGAE y de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas). Piotr Illyich Tchaikovsky: Concierto para violín y orquesta en Re mayor, Op. 35, (1878). Felix Mendelssohn: Sinfonía número 3 en La menor, Op. 56, (Escocesa), (1842). Concierto inscrito en la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Navarra 2023-2024.

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A primera vista, el programa del segundo concierto de la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Navarra podía parecer algo caprichoso. Si en la cita inaugural de la temporada todo estaba marcado por el Concierto para piano y orquesta número 2 de Rachmaninov y la sinfonía schubertiana era un sustancioso complemento, esta segunda cita presentaba tres universos musicales muy diferentes entre sí, donde era difícil hallar un hilo conductor. Sin embargo, las notas al programa de Mar García aclaran muy bien la cuestión: podemos hablar de un concierto dedicado a la noción del viaje y a la experiencia de la naturaleza, reflejada musicalmente por los compositores de manera distinta y variada. Es una forma de programar transversal, realmente interesante y que hace que los aficionados tengan que replantearse bien la relación entre la música de distintas épocas.

Se abría la sesión con El reino maravilloso, obra de la compositora balear Carme Fernández Vidal promovida por la Orquesta Sinfónica de Navarra y en la que la autora ha pretendido, según afirma en las notas al programa, llevar el paisaje y la cultura navarra a su propio lenguaje musical. El resultado es una obra altamente evocadora, con efectos orquestales de interés, que transmite una visión de Navarra más bien oscura, como filtrada por el universo literario de Dolores Redondo. En ese aspecto, se echan de menos momentos de contraste, que permitan al oyente respirar dentro de lo que son más de diez minutos de música opresiva y desasosegante. Eso sí, Emilia Hoving ofreció una interpretación muy cuidadosa y convencida al frente de una Sinfónica de Navarra en buena forma.

Seguía la sesión con el Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky, piedra de toque para cualquier violinista que se precie y obra que se presta a distintos excesos, desde la búsqueda del sentimentalismo fácil hasta el afán virtuosístico. En ese aspecto, la violinista Audree Oliverson ofreció una versión muy inteligente de la obra, sobre todo en los dos últimos movimientos. El fraseo de la célebre melodía lamentosa del Andantino adquirió gran hondura y el Finale deslumbró por el virtuosismo bien entendido de la solista, que mostró un sonido terso y penetrante, aunque sin un volumen destacable. Todo ello fue una manera adecuada de superar un primer movimiento que sólo había despegado en la cadencia del solista, y donde la directora Emilia Hoving adoptó una postura esencialmente clasicista en los intermedios orquestales, tomados a tempo más bien apresurado y manteniendo un fraseo muy comedido que a Tchaikovsky no le conviene. De propina, Oliverson ofreció el tercer movimiento de la Sonata BWV 1005 de Bach, con fraseo sobrio y concentrado.

Ya en la segunda parte, podía preverse que la Tercera Sinfonía de Mendelssohn, de trazo esencialmente clásico, podía ser un buen vehículo para la directora Emilia Hoving. Hablamos de una obra de proporciones arquitectónicamente cuidadas, respetuosa con las formas musicales tradicionales y que presenta melodías de fraseo amplio pero de gran regularidad, donde los gestos retóricos no tienen cabida. De hecho, ya desde la introducción Emilia Hoving demostró estar más cómoda en esta obra, ofreciendo una versión con los temas bien caracterizados y fraseados, muy transparente en las texturas y cuidadosa en lo formal, incluyendo afortunadamente la inhabitual repetición de la exposición del primer movimiento. Eso sí, también pudo observarse que no ha encontrado la clave para administrar bien los cambios ni las transiciones de tempo, como pudo verse en la pronunciada aceleración de las secciones dramáticas del movimiento lento o el paso hacia la reexposición del primero.

En conjunto, fue un concierto interesante donde nos sumergimos en las relaciones entre música y naturaleza.

Autor entrada: xabier armendariz

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