«LAS GOLDBERG MÁS RURALES» EN EL FESTIVAL DE PIANO MENDIGORRIA

CLÁSICA Xabier Armendáriz

«Las Goldberg más rurales»

El público que asistió al concierto de Alberto Urroz, sentado en el auditorio construido a base de fardos de paja. IRATI AIZPURUA

Domingo, 30 de julio de 2023. Teatro Efímero de Andelos. Alberto Urroz, piano. Johann Sebastian Bach: ‘Variaciones Goldberg, BWV 988’ (1741). Concierto inscrito en el Festival de Piano de Mendigorría 2023.

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Según Johann Nikolaus Forkel, primer biógrafo de Johann Sebastian Bach, el responsable de la composición de las Variaciones Goldberg fue el Conde Kaiserling, a la sazón embajador ruso en la Corte de Sajonia. Según se dice, el aristócrata tenía problemas de insomnio y encargó a Bach una obra musical que pudiera servir para aliviarle en esas ocasiones. El intérprete sería Johann Gottlieb Goldberg, un antiguo alumno de Bach que entonces estaba al servicio de Kaiserling, y de ahí el nombre con el que se conoce a este conjunto de treinta variaciones en torno a la armonía del aria que abre y cierra la composición. La historia del encargo y composición de esta obra es, a estas alturas, una narración muy conocida y muchos autores dudan hoy de la autenticidad del relato. De hecho, cuando Bach publicó la obra en formato impreso, no escribió dedicatoria alguna, algo que habría sido preceptivo en un caso como éste. Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, las Variaciones Goldberg fueron consideradas una obra de estudio, por la que sólo un puñado de intérpretes se interesaban, entre ellos la pionera Wanda Landowska. Sin embargo, gracias a la primera grabación del pianista canadiense Glenn Gould, esta serie de variaciones se ha convertido en una de las obras más conocidas, al menos por nombre, de Bach.

Lo que no podían imaginar ni Bach ni Forkel es que en el año 2023 alguien tuviera la idea de interpretar las Variaciones Goldberg al aire libre, en un auditorio tan particular construido a base de fardos de paja. Menos aún Glenn Gould, que sólo se encontraba cómodo en los estudios de grabación y parecía no entender los placeres de la música en vivo. Pero justamente eso ocurrió en el Festival de Piano de Mendigorría, en las ruinas de la antigua ciudad romana de Andelos.

La experiencia no fue la más cómoda para los oyentes, incluso en un día en que las condiciones eran relativamente favorables. Pero para quienes llegaron con tiempo y pudieron situarse cerca y en frente del piano, la experiencia fue realmente interesante, pues pudieron escuchar el piano en condiciones adecuadas y también los sonidos de la naturaleza, particularmente el viento. Sin duda, el tipo de experiencia que se pretendía. Como decimos, para esta ocasión Alberto Urroz eligió una obra singular, un auténtico maratón especialmente en términos pianísticos. Hablamos de una obra de gran complejidad musical y técnica, esto último todavía más cuando se tocan estas variaciones en el piano, donde sólo disponemos de un teclado y, por tanto, los cruces de manos son muy abundantes. Urroz ofreció una interpretación bien pensada de la obra, hilando bien las variaciones entre sí.

Además, algunas variaciones sonaron a un tempo relativamente más reposado, lo que permitió darse cuenta de su construcción interna de manera mucho más exacta. Y asimismo se pudo ver perfectamente las relaciones entre aquellas que tienen un espíritu más afín, como las variaciones decimoquinta y vigesimoprimera, dos de las que muestran un carácter más dramático.

Fue una versión relativamente severa, como se pudo observar bien en el Quodlibet que cierra la serie de variaciones, quizá demasiado serio, pero siempre bien planteada musicalmente y pensando bien en la coherencia total del conjunto, algo fundamental cuando se interpreta esta serie en su totalidad.

Y el resultado fue realmente catártico…, o lo habría sido si unos pocos espectadores no hubiesen demostrado su absoluta insensibilidad musical aplaudiendo varios segundos antes de que la obra llegara a terminar. Precisamente en una composición como las Variaciones Goldberg, que es de las que necesitan varios segundos de silencio para que se pueda potenciar todo su efecto.

En conjunto, fue una interesante versión de las Variaciones Goldberg de Bach, más rural que nunca.

Autor entrada: xabier armendariz

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