CLÁSICA Xabier Armendáriz
“Ingenio”
Lunes, 4 de Septiembre de 2023. Iglesia de San Miguel de Estella. Ana Maestrojuán, actriz. Ángel García Moneo, actor. Jesús Fernández Baena, laúd. Manuel Vilas, arpa. Íñigo Casalí, flauta. La codicia rompe el saco: Espectáculo a partir de la obra atribuida a Pedro Calderón de la Barca. Concierto inscrito en la Semana de Música Antigu de Estella 2023.
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Las obras teatrales del siglo XVII incluían música. De hecho, incluían mucha más música de la que parece intuirse, a tenor de lo que se explica habitualmente en los libros de texto de Literatura. Sólo hace falta recordar, por ejemplo, que la obra teatral más célebre de Moliére, El burgués gentilhombre, era realmente una comedia-ballet, un verdadero “musical” que combinaba partes habladas, cantadas y danzadas, tal como reconstruyó estupendamente Vincent Dumestre y su conjunto Poéme Harmonique, en un montaje que está disponible comercialmente en DVD pero que también se puede ver en YouTube. También explicamos en alguna ocasión que las obras de teatro del Siglo de Oro español incluían fragmentos musicales: comenzaban con un prólogo cantado llamado “los cuatro de empezar”, contenían canciones intercaladas en medio del argumento y ofrecían igualmente tonos humanos entre las diferentes jornadas, terminando la función igualmente con música.
Por eso, parecía muy propio que un festival como la Semana de Música Antigua de Estella explorara esta relación entre la Música y el Teatro. Y dado que el hilo conductor de la edición del festival de este año es el conjunto de los siete pecados capitales, se ha optado por adaptar la “famosa comedia” La codicia rompe el saco, atribuida tradicionalmente a Pedro Calderón de la Barca. En la Iglesia de San Miguel de Estella, no se intentó buscar ningún tipo de reconstrucción de la realidad teatral del siglo XVII; tampoco se representó la obra en sí. Más bien, un conjunto de actores fueron presentando los hitos fundamentales del argumento de la obra teatral, con mucho humor e ingenio, alternando con unas pocas ilustraciones escritas por autores españoles contemporáneos de Calderón, que sirvieron para otorgar variedad al discurso. Es éste un procedimiento que nos resulta muy familiar; lo encontramos a menudo cuando se presenta en versión de concierto alguna ópera que contiene partes habladas muy extensas, como Fidelio de Beethoven o Carmen de Bizet. No es el formato de espectáculo que preferimos para estas ocasiones, pero es una alternativa.
Y en esta ocasión, el resultado fue muy acertado. En primer lugar, el guión estuvo muy bien pensado, centrando bien el argumento de la obra y creando un espectáculo muy compacto, de poco más de una hora de duración. En escena, hubo pocos elementos: un par de actores, dos instrumentistas y un “cantante multidisciplinar” como fue Íñigo Casalí, que hizo las tres funciones de cantar, tocar y actuar. Unos pocos elementos de atrezzo sirvieron para presentar al resto de personajes. Además de la calidad actoral bien contrastada de los participantes, se disponía de la participación de músicos muy conocedores del repertorio y la práctica musical propios de este período, incluyendo a dos verdaderos especialistas como Jesús Fernández Baena y Manuel Vilas.
Fue una lástima que, en línea con unas prácticas que creíamos ya pasadas, el público no dispusiera de programa y no hubiera ningún tipo de anuncio sobre la autoría de los fragmentos musicales intercalados, instrumentales o vocales. Tampoco la web de la Semana, este año mucho menos abundante en información que en ediciones recientes, ofrece esos datos. Pero por lo demás, fue un espectáculo muy divertido, que el público disfrutó de principio a fin y que ahonda en las relaciones, poco exploradas en relación con la importancia del asunto, entre el teatro y la música en España en el siglo XVII.