DANIE HOPE, VIOLÍN Y SEBASTIAN KNAUER, PIANO GRAN «ENTENDIMIENTO» EN EL GAYARRE

CLÁSICA Xabier Armendáriz

«Entendimiento»

Lunes, 10 de mayo de 2021. Teatro Gayarre de Pamplona. Daniel Hope, violín. Sebastian Knauer, piano. Varios autores: Sonata F-A-E para violín y piano: Scherzo, (movimiento compuesto por Johannes Brahms), (1853). Clara Schumann: Romanza para violín y piano en Re bemol mayor, Op. 22 número 1, (1853). Johannes Brahms: Sonata para violín y piano número 1 en Sol mayor, Op. 78, (1879). Felix Mendelssohn: Aus Flügen des Gesanges, Op. 34 número 2, (arreglo para violín y piano de Daniel Hope y Sebastian Knauer), (1837). Hexenlied, Op. 8 número 8, (arreglo para violín y piano de Daniel Hope y Sebastian Knauer), (1827). Joseph Joachim: Romanza en Do. Eduard Grieg: Sonata para violín y piano número 3 en Do menor, Op. 45, (1887). Concierto inscrito en el Ciclo de Grandes Intérpretes 2021 organizado por la Fundación Municipal Teatro Gayarre.

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Cuando un violinista destacado se presenta en concierto junto a un pianista virtuoso, el resultado de esa unión es imprevisible. Con frecuencia, ambas personalidades tienden a aflorar a la vez y ello puede contribuir a que se cree un milagro o, por el contrario, se produzca un desastre. Esa es una de las razones por las cuales este tipo de encuentros de superestrellas suelen ser escasos y habitualmente los principales violinistas tienen un pianista, con el que colaboran constantemente y desarrollan un grado de confianza. Este tipo de combinaciones provoca cierta contrariedad en algunos críticos (los pianistas escogidos por los citados solistas suelen demostrar un nivel comparativamente inferior), pero los resultados que se obtienen tienden a ser más estables. Y si el violinista es un buen músico, lo habitual es que acaben obteniéndose beneficios, derivados de un extenso trabajo en común.

El segundo concierto del Ciclo de Grandes Intérpretes del Teatro Gayarre presentaba al violinista británico Daniel Hope y su pianista habitual, el alemán Sebastian Knauer. Hope fue en su día un fichaje mediático del célebre sello DG, mientras que Knauer es un pianista experimentado, pero no deslumbrante. Se trata de un dúo muy bien asentado, que ofreció un concierto de claro tinte doméstico.

Se abrió la sesión con una primera parte dedicada a Schumann y su círculo, donde destacaba la interpretación de la Sonata para violín y piano número 1 de Brahms, un compositor descubierto por el autor de Zwickau. En este bloque inicial, Hope se mantuvo relativamente contenido, mostrando un sonido delgado y pulido, trabajado en cada detalle. El británico enfatizó la vertiente más clasicista de Brahms, sin permitirse una sola ruptura en un fraseo o buscar contrastes. Junto a él, Sebastian Knauer realizó un acompañamiento muy respetuoso con el solista, sin subrayar la particular escritura brahmsiana en el registro grave. El entendimiento entre ambos era palpable y la obra fluía con naturalidad, pero no manifestaba todo su potencial.

Tras un par de piezas de salón, llegó la revelación del concierto, como fue la Sonata para violín y piano número 3 de Eduard Grieg, una obra escrita por el noruego en su plena madurez y que tiene su mayor punto de interés en un movimiento lento francamente inquietante. Fue en dicha obra cuando Daniel Hope se permitió abandonarse y adoptar una articulación más incisiva, unos golpes de arco más marcados y un vibrato más pronunciado. En el final de la sonata, que en algún sentido empieza a prefigurar las célebres Danzas rumanas de Bartok, la influencia folclórica también se dejó sentir con claridad. Y durante toda la obra, Sebastian Knauer acompañó con gran diligencia y respeto al solista, sin ningún alarde pero siempre con una misma intención expresiva, demostrando el pleno conocimiento que existe entre ambos músicos.

La sesión se cerró con dos virtuosísticos arreglos de canciones de Gershwin: I got rytyhm y Sumertime. Daniel Hope se atrevió a anunciar la primera de ellas en castellano y dedicó la segunda, curiosamente la más intimista, a Pablo Sarasate. Fue el final de un interesante concierto, donde se mostró el entendimiento entre dos músicos más que acostumbrados a tocar juntos.

Autor entrada: xabier armendariz

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