Bach Conciertos de Brandemburgo Ton Koopman 11/10/2016

Destellos

 

Martes, 11 de Octubre de 2016. Teatro Gayarre de Pamplona. Orquesta Barroca de Amsterdam. Ton Koopman, clave y director. Johann Sebastian Bach: Conciertos de Brandemburgo números 1-6, BWV 1046-1051, (ca. 1722). Concierto inscrito en el Ciclo Grandes Intérpretes organizado por la Fundación Municipal Teatro Gayarre 2016-2017.

 

El Ciclo de Grandes Intérpretes que cada año organiza la Fundación Municipal Teatro Gayarre se abría esta temporada con un gran acontecimiento. Escuchar en una sola sesión los seis conciertos de Brandemburgo de Johann Sebastian Bach no es habitual, y en este caso se contaba además con intérpretes de excepción. Fallecidos ya Nikolaus Harnoncourt y Gustav Leonhardt, el clavecinista Ton Koopman se ha convertido en uno de los pocos representantes vivos de la primera revolución historicista, junto con John Eliot Gardiner, Sigiswald Kuijken y Roger Norrington, entre otros. Su conjunto, la Orquesta Barroca de Amsterdam, ha adquirido una cierta solera en la interpretación de las obras de Bach, alimentada por más de treinta años de grabaciones de las cantatas y los principales oratorios del compositor alemán. Por otra parte, el propio Koopman se ha distinguido siempre como un intérprete bachiano fundamental, tanto al clave como al órgano. Era de esperar una sesión memorable.

 Sin embargo, el concierto no adquirió un nivel tan elevado. Durante buena parte de la velada, Koopman adoptó tempi cómodos y planteó versiones académicas y ortodoxas. El resultado sonoro no carecía de elegancia y distinción, algo que no debe faltar en ninguna interpretación de los conciertos de Brandemburgo. Por otra parte, los tempi de Koopman permitían escuchar algunos detalles que pasan inadvertidos en muchas otras interpretaciones, como las hemiolias o juegos rítmicos entre metro binario y ternario en los terceros movimientos de los conciertos números 1 y 3. La interpretación más completa de toda la serie fue seguramente la excelente versión del Concierto número 4, seguida muy de cerca por el conjunto del Concierto número 6. A esto hemos de añadir algunos momentos de fraseo extraordinario, como los tiempos lentos de los conciertos números 1, 5 y 6, (especialmente en este último), y también algunos intercambios camerísticos especialmente bien manejados, como el primer Trío del Minueto que cierra el Concierto número 1.

No obstante, seguía faltando verdadera electricidad. Casi todos los movimientos rápidos necesitaban más impulso, una articulación más enérgica y vivaz. A la Orquesta Barroca de Amsterdam, no siempre segura, le costaba mantener el tempo en algunos casos, como por ejemplo en el mencionado tercer movimiento del Concierto número 1. Algunos equilibrios entre los solistas no fueron regulados adecuadamente; a modo de ejemplo, al flauta solista del Concierto número 5 apenas se le escuchaba en el primer movimiento. Por último, Koopman decidió adoptar tempi más ligeros para el Concierto número 2, algo que no redundó en una interpretación más lograda de la pieza. Este concierto es el más complicado de interpretar y conjuntar de la serie, y en particular el esforzado solista de trompeta seguramente habría agradecido un tempo algo más acomodaticio.

En todo caso, es indudable que un ciclo como los conciertos de Brandemburgo de Bach reúne tanta belleza en su interior que estos detalles no impidieron disfrutar al público de la música. La reacción final fue entusiasta, y se vio correspondida con dos propinas: el tercer Trío del Minueto del Concierto número 1 y, anteriormente, el Aria de la Suite para orquesta número 3. Fueron otros destellos puntuales a añadir a los que había ofrecido un concierto en el que la Orquesta Barroca de Amsterdam, en teoría uno de los mejores conjuntos historicistas del mundo, no demostró todo su nivel.

 

 

Autor entrada: Xabier Armendariz

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