«UN GRAN RETO» PARA LA ORQUESTA DEL CONSEVATORIO SUPERIOR EN LA CIUDAD DE LA MÚSICA

CLÁSICA Xabier Armendáriz

«Un gran reto»

Miércoles, 17 de Mayo de 2023. Auditorio Fernando Remacha de la Ciudad de la Música de Pamplona. Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Josep Vicent Egea, director. Franz Schubert: Sinfonía [número 8] en Do mayor, D. 944, (La Grande), (1828). Concierto organizado por el Conservatorio Superior de Música de Navarra.

_______________________

Siguen las actividades y los conciertos de final de curso del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Tras el programa de la Banda de Concierto, llegó el turno de la Orquesta Sinfónica, que se presentaba con una obra que supone un gran reto: la última sinfonía de Franz Schubert. Hablamos de una obra de dimensiones inusuales para su época, cercana a la hora de duración, donde Schubert demuestra sus cualidades más reconocidas: su capacidad de invención melódica, su atención a los aspectos de una orquestación esencialmente clásica, etc. Esta sinfonía es, desde luego, una obra monumental, que no responde a la concepción tan característica y asentada durante años de que Schubert sólo se manejaba bien en las obras “menores”, sobre todo en el género de la canción de concierto. Además, el hecho de que esta sinfonía permaneciera desconocida durante los diez años posteriores a la muerte de Schubert sólo ha contribuido a acrecentar la leyenda.

Esta Gran sinfonía en Do mayor de Schubert supone un gran reto, tanto para los músicos de la orquesta como para el director. Los músicos de la orquesta tienen que enfrentar una partitura de gran formato, con el grado de concentración que eso supone. Asimismo, el director tiene algunas decisiones comprometidas que tomar: esencialmente, cómo otorgar coherencia a una sinfonía con una variedad de temas tan diversa y qué repeticiones respetar (o no) para conseguir que esta sinfonía mantenga las proporciones exactas.

Desde este punto de vista, Josep Vicent Egea ofreció una interpretación en la que destacó sus principales virtudes como director. Lo comprobamos desde el principio, cuando decidió tomar la introducción a tempo y lo unió con total naturalidad con el grueso del primer movimiento. Al llegar el tema más lírico, no intentó cambiar el tempo ni llevarlo con mayor lentitud, como hacen otros. Y así, mantuvo la coherencia durante los cuatro movimientos de la obra, respetando todas las repeticiones menos las exposiciones de los movimientos extremos. Por lo demás, supo construir cada uno de los puntos álgidos de la obra, sobre todo el más decisivo: ese silencio mágico que ocurre tras el clímax dramático del segundo movimiento. En términos de ejecución orquestal, la interpretación fue igualmente impecable, con solos de gran calidad de los instrumentistas de la madera, (oboe, clarinete, flauta, etc.), todos ellos de gran importancia en esta obra. Al final, pudo afirmarse con total seguridad que todos, orquesta y director, habían superado el reto con creces.

Antes de iniciarse la interpretación, tres estudiantes de Musicología del Conservatorio presentaron someramente al compositor y a la obra. Fue una exposición bien planteada en lo formal, aunque curiosamente con mucho espacio para los críticos de Schubert y quizá sin explicar suficientemente en qué sentido esta sinfonía anticipa a autores como Bruckner o Brahms.

En conjunto, fue un brillante final de curso de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Navarra, que logró superar una vez más un reto de proporciones considerables, como esta amplia y enigmática sinfonía de Franz Schubert.

Autor entrada: xabier armendariz

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *