CLÁSICA Xabier Armendáriz
«La revelación»
Jueves, 12 de Enero de 2023. Auditorio y Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona. Pablo Ferrández, violonchelo. Orquesta Sinfónica de Navarra. JoAnn Falletta, directora. Sofía Gubaidulina: Poema de cuento de hadas, (1971). Piotr Illyich Tchaikovsky: Variaciones sobre un tema rococó para violonchelo y orquesta, Op. 33, (1877). Louise Farrenc: Sinfonía número 3 en Sol menor, Op. 36, (1849). Concierto inscrito en la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Navarra 2022-2023.
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Fue a finales de los años 1960 cuando los estudios musicológicos comenzaron a centrar la atención en las compositoras consideradas más importantes. Entonces empezaron a estudiarse las biografías de Fanny Mendelssohn, Clara Schumann y Alma Mahler, no tanto por la calidad de sus composiciones, sino por su relación con Felix Mendelssohn, Robert Schumann y Gustav Mahler, respectivamente. De hecho, las grabaciones importantes de las obras de estas compositoras tardaron en llegar, y sólo muy recientemente empiezan a tener eco general algunas de sus obras principales, como el Concierto para piano y orquesta de Clara Schumann. Ha sido en estos últimos años cuando, por fin, se está recuperando de manera más sistemática la producción de las principales compositoras, así que poco a poco también en ciudades como Pamplona empezamos a oír hablar de autoras como Florence Price, Amy Beach…, o Louise Farrenc, protagonista del concierto que nos ocupa.
En esta sesión, la Orquesta Sinfónica de Navarra ofrecía la Tercera Sinfonía de Louise Farrenc, que recibió una esmeradísima educación musical y llegó a ser, tras muchos empeños, Catedrática de Composición del Conservatorio de París. Hablamos de una composición de tinte mendelssohniano; los ecos de la Sinfonía Escocesa aparecen constantemente en un segundo movimiento eminentemente lírico, mientras el Scherzo y el Finale tienen la ligereza característica del autor berlinés. La inspiración melódica no es la mayor fortaleza de Farrenc, pero la escritura orquestal está muy bien pensada, con utilización muy eficaz de las maderas con papel protagonista. Se hacía cargo de la dirección de la velada la estadounidense JoAnn Falletta, que como titular de la Orquesta Sinfónica de Buffalo, ha promovido muchas recuperaciones de obras escritas por compositoras. Su dirección fue eficaz y convincente, mostrando los valores de esta interesante partitura sin centrar mucho la atención en sus relativas debilidades.
La sesión se había abierto con Poema de cuento de hadas de Sofía Gubaidulina, una autora que no ha necesitado de ninguna recuperación, porque es considerada desde hace décadas una de las principales figuras de la composición actual. Hablamos de una obra de juventud, de discurso intencionadamente fragmentario, escrita para una peculiar plantilla orquestal. La interpretación de JoAnn Falletta fue poco ortodoxa, porque hizo sonar la obra como si hubiese sido escrita por un emigrado europeo para una película del Holywood de los años dorados. Habríamos preferido una versión de tinte más expresionista, pero la alternativa resultó asimismo interesante.
El programa se completaba con las Variaciones sobre un tema rococó de Piotr Illyich Tchaikovsky, en manos de Pablo Ferrández. Este violonchelista, uno de los intérpretes españoles más destacados de la joven generación, es ideal para interpretar esta obra, que requiere un fraseo generoso y expansivo. Su interpretación fue especialmente convincente en la variación previa a la coda, donde ofreció un sonido de gran calidez. Después, Ferrández ofreció dos propinas, sendos fragmentos de suites para violonchelo solo de Bach: la Zarabanda de la Suite BWV 1009, que resultó algo desvaída, y el Preludio de la BWV 1007, mucho más ajustada.
En conjunto, fue un concierto que tuvo muchos elementos de interés, entre ellos poder escuchar con la Sinfónica de Navarra a Pablo Ferrández en un repertorio verdaderamente afín a su estilo. Sin embargo, quizá el mayor fue poder escuchar la obra de una compositora que seguramente será la revelación de la temporada. El caso de Louise Farrenc es el de una de tantas autoras cuya obra ha tardado demasiado tiempo en darse a conocer.