CLÁSICA Xabier Armendáriz
«Valer para todo»
Jueves, 1 de septiembre de 2022. Sala de Cámara del Auditorio y Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona. Sección de Cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Navarra. Lina tur Bonet, violín y directora. Antonio Vivaldi: El Combate entre la Armonía y la Imaginación, Op. 8: Conciertos números 1-4, (Las cuatro estaciones), (1725). Astor Piazzolla: Las cuatro estaciones porteñas, (versión para orquesta de cuerdas realizada por Leonid Desiatnikov en 1998). Concierto de inicio de temporada de la Orquesta Sinfónica de Navarra 2022-2023.
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Hace pocos días, el crítico musical estadounidense David Hurvitz afirmaba que la interpretación basada en criterios de época ha muerto de éxito. La razón es que a pesar de algunos intentos supuestamente radicales, la interpretación con instrumentos de época ha perdido su carácter revolucionario. Las orquestas convencionales han demostrado ser organismos especialmente adaptables; después de décadas de experiencia, los músicos de orquestas modernas están acostumbrados a interpretar el repertorio barroco y clásico siguiendo las técnicas reconocidas por los estudiosos: articulaciones más incisivas, vibrato reducido, etc. Además, los instrumentistas formados en la interpretación con instrumentos de época cada vez se aventuran más en la literatura posterior, con mayor o menor fortuna. Aficionados y programadores buscan músicos integrales, capaces de establecer conexiones entre diferentes épocas y de manejarse en diferentes terrenos.
Este concierto de apertura de temporada de la Orquesta Sinfónica de Navarra era muy ilustrativo. El programa estaba compuesto por dos ciclos separados por más de doscientos años: las series “estacionales” compuestas por Antonio Vivaldi y Astor Piazzolla. Hablamos de una combinación firmemente establecida en los programas de conciertos, aunque ambas series manifiesten diferencias importantes entre ellas. Es verdad que las estaciones de Piazzolla se inspiraron en las de Vivaldi, pero originalmente no fueron concebidas como ciclo. En este concierto, la serie de tangos del autor argentino se escuchó en la habitual versión para orquesta de cuerdas de Leonid Desiatnikov, que incluye citas de los conciertos vivaldianos tejidas con gran habilidad. Eso sí, dichas citas no provienen sólo de los conciertos equivalentes de la serie, sino también de las obras opuestas, teniendo en cuenta así los condicionantes del calendario en ambos hemisferios. En esta velada, Lina tur Bonet decidió realizar cada ciclo por separado y no alternar las obras de Vivaldi y Piazzolla, de manera que el choque de estilos entre las obras fue mucho menor, pero la agilidad del concierto y el manejo de la logística fue mejor conseguido.
Lina Tur Bonet es una violinista especializada en la música barroca de los siglos XVII y XVIII, y era previsible que triunfara interpretando Las cuatro estaciones de Vivaldi. Antes de cada concierto, leyó en voz alta la traducción del soneto que Vivaldi hizo anticipar a las correspondientes obras en la primera edición impresa del ciclo, lo que fue un indicativo más de su aproximación a la obra. La violinista ibicenca presentó las cuatro obras ocupándose de destacar todos los aspectos gráficos de la escritura, ornamentando con fantasía en los movimientos lentos y mostrando una gran atención a las dinámicas, sobre todo en una impactante tormenta final en el Verano. Pero quizá lo más sorprendente de la sesión fue la interpretación de Las cuatro estaciones porteñas de Piazzolla. Tur Bonet se mostró plenamente cómoda con el universo del autor argentino, transmitiendo la energía en los inicios de la Primavera y el Otoño porteños, sin olvidarse de los fragmentos más lánguidos del Otoño y el Verano. Sin duda, el hecho de no mezclar ambos universos y realizar ambos ciclos por separado le ayudó en ello, pero incluso en esta versión tan “formalizada” por Desiatnikov, hay que tener una gran musicalidad para manejarse bien en ambas estéticas.
Fue una gran sesión de inicio de temporada que demostró que, ahora más que nunca, en el ámbito clásico como en muchas disciplinas de la vida actual, hay que ser polivalente. O en términos de toda la vida que se entienden mucho mejor, hay que valer para todo.