GLOBO ENSEMBLE «EL OTRO SIGLO XX» EN CONDESTABLE

«El otro siglo XX»

Lunes, 10 de febrero de 2020. Patio del Palacio del Condestable de Pamplona. Globo Ensemble (Gala Kossakowski, flauta; Inmaculada Veses, oboe; Natacha Correa, clarinete; Jessica Rueda, trompa; Andrea Pérez, fagot). Paul Hindemith: Pequeña música de cámara, Op. 24 número 2, (1922). Malcolm Arnold: Tres canciones marineras para quinteto de viento, (1943). Samuel Barber: Música de verano, Op. 31, (1956). Henri Tomasi: Cinco danzas sagradas y profanas, (1963). Concierto inscrito en el Ciclo Pamplona Acción Musical.

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Encontar conciertos clásicos enteramente dedicados a la música del siglo XX no es algo reciente, a no ser que los protagonistas principales sean instrumentistas que, como el saxofón, adquirieron la mayor parte del repertorio en la pasada centuria. Uno de los factores clave al respecto es que el público prefiere habitualmente escuchar obras de autores más consagrados, sobre todo del siglo XIX. En algunos casos, y a pesar del éxito de ventas en su día de un libro como El ruido eterno de Alex Ross, prevalece el prejuicio de que los compositores del siglo XX tendieron a romper con la tradición y que, en muchos casos, escribieron obras disonantes y difíciles de digerir para cualquier persona que no viva en el reino de Fantasia.

Cuando veíamos el anuncio del concierto que nos ocupa y comprobábamos que se anunciaba como un programa de música contemporánea, temíamos por momentos que el público no respondiera. Sin embargo, se dio más bien el caso contrario. El público que llenaba el Patio del Palacio del Condestable escuchó con atención un concierto que, en realidad, tenía un programa disfrutable por cualquier persona, fuera o no aficionada a la música.

Y es que el programa estaba muy bien hilado: cuatro breves obras para quinteto de viento, (una formación con mucho historial de repertorio por detrás, sobre todo en el siglo XVIII), de autores de diferentes sensibilidades pero sin tendencias doctrinarias. Así, se escuchó el Hindemith del período de entreguerras, con su espíritu humorístico, a veces casi gamberro. Luego llegó Malcolm Arnold, con sus paráfrasis sobre temas marineros británicos llenas de retranca y con numerosos detalles descriptivos. Siguió la Música de verano de Barber, una obra más interesante en su desarrollo pero menos pegadiza de manera inmediata que el célebre Adagio para cuerdas que tanta popularidad ha alcanzado. Por último, las Cinco danzas sagradas y profanas de Henri Tomasi no son arreglos de ningún modelo concreto de épocas anteriores, sino una composición claramente original y con interesantes cambios de humor; de hecho, puede decirse que era la obra con menos concesiones a la galería del concierto.

Pero queda aún lo mejor de todo. El Globo Ensemble se mostró como un conjunto perfectamente integrado. Lo malo de una agrupación como el quinteto de viento, donde la sonoridad de cada instrumento se diferencia más claramente de los demás que casi en cualquier otra agrupación de cámara estándar, es que cada instrumentista se queda desnudo ante el público y sin posibilidad de fuga. Por eso, resultó especialmente estimulante escuchar a un quinteto de viento tan ajustado, formado por cinco intérpretes muy jóvenes que dominan sus instrumentos y han conseguido una considerable afinidad con este repertorio. Se tomaron un breve descanso hacia la mitad de la sesión y en realidad el concierto no fue particularmente largo, pero las cinco lo dieron todo de principio a fin sin reservarse nada y ofrecieron una actuación muy completa, que culminaron con un tango que ofrecieron fuera de programa.

Esta actuación abría el Ciclo Pamplona Acción Musical, que cada año lleva a una serie de jóvenes músicos al Palacio del Condestable. A juzgar por conciertos como éste, merece la pena acudir a escuchar. Por nuestra parte, seguiremos informando.

Autor entrada: xabier armendariz

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