MÚSICA Xabier Armendáriz
«Juventud»
Sábado, 3 de diciembre de 2022. Auditorio y Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona. Sofía Esparza, soprano. Orquesta Sinfónica de Navarra. Alumnos del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Perry So, director. Jesús García Leoz: Sonatina: Tercer movimiento, (1945). Wolfgang Amadeus Mozart: Motete Exsultate, jubilate, KV 165, (1773). Joaquín Gaztambide: El juramento: Aria “Ay, yo me vi en el mundo desamparada”, (1858). Ludwig van Beethoven: Sinfonía número 5 en Do menor, Op. 67, (1808). Concierto inscrito en los actos del Día de Navarra 2022.
__________________________
Con el 3 de diciembre llega el concierto que corona las celebraciones relacionadas con la festividad de San Francisco Javier, Día de Navarra. Hablamos de un evento que, en los últimos años, ha vuelto a establecerse firmemente en el calendario, sin alcanzarse una fórmula asentada. Si en 2021 el evento fue aprovechado para presentar un monográfico dedicado a la música de autores navarros, este año se ha preferido un concierto de marcado perfil juvenil, ofreciendo la oportunidad a los alumnos del Conservatorio Superior de integrarse en un programa de la Orquesta Sinfónica de Navarra y presentando nuevamente ante el público pamplonés a una cantante, Sofía Esparza, plenamente asentada en escenarios importantes como el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Tras el bienvenido preludio que suponía el tercer movimiento de la Sonatina de Jesús García Leoz, que muestra el habitual estilo neoclásico propio del compositor olitense, Sofía Esparza ofreció una actuación de gran interés, por variedad y compromiso. Era muy arriesgada la apuesta de empezar con el célebre motete “Exsultate, jubilate” de Mozart. Hablamos de un verdadero concierto para soprano y orquesta, donde la cantante se ve constantemente exigida con una escritura repleta de agilidades y saltos melódicos comprometidos, particularmente en el aria que inicia la obra. Sofía Esparza tiene ahora una voz ideal para afrontar esta composición, pues es una soprano lírica con buena proyección vocal, aunque a veces aparezcan problemas en el extremo grave de la tesitura. Su interpretación fue notable; aunque al comienzo tomó una expresividad algo operística, poco a poco fue entrando en materia. Eso sí, las agilidades del “Aleluya” final podían haber sonado con mayor precisión. El aria de El juramento de Joaquín Gaztambide sí fue muy convincente; se nota que Esparza ha crecido especialmente como cantante de zarzuela, y domina ese particular estilo de canto, con resabios belcantistas, propio de la época. De propina, Esparza ofreció el famoso “O mio babino caro” de Gianni Schicchi de Puccini, cantado con muy buen fraseo y sin ninguna afectación; lástima que la orquesta tendiera a sonar demasiado fuerte y, sin embargo, no envolviera adecuadamente a Esparza.
La segunda parte ofreció la Quinta Sinfonía de Beethoven, quizá la composición más famosa del ámbito clásico y una obra que la Orquesta Sinfónica de Navarra bien puede interpretar sin utilizar refuerzos, lo que la hace quizá menos adecuada que otras para colaboraciones como la que nos ocupa. Perry So fue coherente con sus principios y, tal como pudimos observar hace un mes con la Heroica, ofreció una interpretación rápida, fiel a las indicaciones de metrónomo de Beethoven, salvo por un primer movimiento algo más lento, y muy pendiente de la dimensión más revolucionaria de la obra. En estas interpretaciones beethovenianas de So, los metales tienen un papel destacado; llegado el caso, rugen y se alían con los timbales, de ataques secos y plenamente historicistas. Por otra parte, el director hongkonés realizó todas las repeticiones de la partitura, (incluso las del Scherzo, que pocas veces se siguen), y el resultado fue mucho más convincente que en la citada Tercera Sinfonía que sonara un mes atrás en la misma sala.
Algunos aficionados tienden a pasar por alto conciertos como el que nos ocupa; en efecto, son actos oficiales donde muchas veces el contenido musical resulta secundario. Sin embargo, en este caso hubo sustancia musical e intérpretes jóvenes, que aportaron savia nueva y saber hacer.