CLÁSICA Xabier Armendáriz
“Al máximo nivel”
Lunes, 15 de Mayo de 2023. Auditorio Fernando Remacha de la Ciudad de la Música de Pamplona. Sergio Camarasa, trombón. Banda de Concierto del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Josep Vicent Egea, director. Leonard Bernstein: Candide: Obertura, (versión para banda de concierto), (1956). Josep Vicent Egea: Interplay, (2022). Hardy Mertens: Xenia Sarda, (1996). Jose Pablo Moncayo: Huapango, (versión para banda de concierto), (1941). Alfred Reed: Praise Jerusalem, (Variaciones sobre un himno de Pascua armenio), (1986). Concierto organizado por el Conservatorio Superior de Música de Navarra.
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Llegan las semanas decisivas en el curso del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Es período de exámenes y de que los alumnos demuestren sus progresos a lo largo de todo este año o, en algunos casos concretos, cierren con sus conciertos finales su trayectoria en el Centro. Pero antes de que eso ocurra, se celebran los dos conciertos de las dos agrupaciones principales del Centro, como son la Banda de Concierto y la Orquesta Sinfónica, que en ambos casos se enfrentaban a retos de gran magnitud.
El concierto que nos ocupa era el cierre de curso del conjunto de viento, que presentaba un programa de gran dificultad, con nivel comparable al que escuchamos en los conciertos más ambiciosos de La Pamplonesa. La única diferencia era que en este caso concreto de la Banda del Conservatorio, no se ha buscado un hilo conductor común, sino que el factor unificador del programa ha sido más bien precisamente demostrar el progreso de la agrupación a lo largo del curso, incluyendo algunas de las obras que sonaron ya en Marzo en la colaboración con La Pamplonesa.
Se inició la sesión con la obertura de Candide de Leonard Bernstein, que sonó casi a modo de calentamiento de la primera obra de entidad de la sesión. Interplay de Josep Vicent Egea es una obra para trombón y banda de concierto compuesta para lucimiento del solista y donde las dificultades rítmicas no son tan intensas como en otras obras del compositor. Sergio Camarasa interpretó la parte solista con gran aplomo y la Banda acompañó con atención al detalle. La primera mitad del concierto se cerró con un gran clásico de la literatura para banda: el poema sinfónico Xenia sarda de Hardy Mertens, una piedra de toque por cuanto que exige un conjunto bien ensamblado, además de solistas de nivel, sobre todo en los instrumentos de la madera. Asistimos a una interpretación muy lograda de la obra.
Continuaba la sesión con el Huapango de Jose Pablo Moncayo, uno de los grandes éxitos de la literatura orquestal iberoamericana divulgados por Gustavo Dudamel y Alondra de la Parra. Vicent Egea realizó una interpretación de la obra rítmicamente muy ajustada y bien controlada; se pudo perder un punto de espontaneidad, pero a cambio la precisión conseguida imprimió en buena medida el carácter que se buscaba. Por último, se cerró la sesión con Praise Jerusalem, la serie de variaciones que ya escuchamos al final de la colaboración con La Pamplonesa en el Teatro Gayarre. Si allí la obra causó sensación, (con los instrumentistas incorporados para la coda de la obra tocando desde los palcos laterales), el efecto fue todavía más impresionante en esta ocasión. La resonancia del Auditorio Fernando Remacha ha sido reducida ampliamente con los cortinajes que se han incorporado, pero a la sala le sigue faltando calidez y, cuando se escucha a una sección de metales desplegarse al completo, es difícil describir el resultado con palabras.
En conjunto, fue una nueva demostración de la capacidad del alumnado del Conservatorio Superior de Música de Navarra y, también, del gran potencial del repertorio para banda de concierto. Fue una velada del máximo nivel.