Igor Ijurra

Igor Ijurra, director del Orfeón Pamplonés

Director del Orfeón Pamplonés

Realizar una selección de mis 10 obras favoritas es tan difícil que siento que traiciono a grandes músicos y grandes obras. Hubiera sido más fácil hacer una selección de 100 pero he aceptado la propuesta de Xabier porque quería explorar en mi interior a ver si era la razón o el corazón quien mandaba a la hora de elegir mis diez obras favoritas. Ha resultado ser una mezcla de ambas, porque si bien la gran mayoría de las elegidas, son obras que he tenido oportunidad de cantar o dirigir y han dejado una huella imborrable en mí, hay otras que, aunque también me emocionan, me fascinan porque musicalmente las considero imprescindibles en el repertorio clásico. Aunque en una elección de estas características puede que las circunstancias o vivencias puntuales puedan influenciar a la hora de elegirlas, creo que todas ellas permanecen entre mis predilectas desde hace años. En cualquier caso, como director y cantor de coros, el instrumento humano es mi pasión, y ello se nota en que casi todas las obras elegidas son para coro o voz solista.

 

1. Aurtxoa Seaskan Arr: José María Olaizola

Es la primera melodía de la que guardo recuerdo. Me la cantaban mis abuelos y probablemente el aprendizaje del habla fue en paralelo al aprendizaje de esta hermosa nana. Su sencillez melódica a la par que su tierno texto me emociona siempre y me traen recuerdos de mi infancia. La armonización de Olaizola para coro mixto y soprano solista sublima más aún la obra dotándole de una profundidad sonora que contrasta con el canto solista.

 

 

2. Die mit tränen Johann Hermann Schein

Scheinn es uno de los autores más destacados del primer barroco alemán. Compositor de madrigales y de música sacra tiene a su Israelbrünlein como obra cumbre. Esta colección de 15 obras donde Scheinn plasma todo sus conocimientos retórico-musicales, tiene a Die mit tränen como una de sus obras más destacadas; el tratamiento del texto es modélico gracias al magistral empleo de recursos madrigalísticos.

 

 

3. Himno a Santa Ceclilia Benjamín Britten

Una de las obras cumbres de la literatura coral del siglo XX, salida de la mano del que para mí, junto a Francis Poulenc es uno de los mejores compositores de música coral del pasado siglo: Benjamín Britten.
Los textos de esta obra se alejan del himno latino y nos ofrecen un acercamiento dulce a la figura de Santa Cecilia como patrona de los músicos. Sus tres partes, muy contrastadas en textura y tempos, están tratadas musicalmente con unas melodías bellísimas, siempre delicadas. El manejo de las voces por parte de Britten es intachable.
Guardo un recuerdo imborrable de los ensayos que realicé con Philip Ledger, director y clavecinista británico, amigo personal de Britten.

 

 

4. Sicut cervus G.P. da Palestrina

Si bien reconozco que hay obras de Josquin, Byrd, Victoria y otros grandes autores renacentistas a la altura de esta o que la superan, es la obra del citado periodo que más me emociona con diferencia. En el “Ita desiderat” de tenores siempre me entra un escalofrío indescriptible. Es un ejemplo de austeridad, de textura clara y de equilibrio armónico-melódico. El precioso texto del salmo 42 está tratado con una delicadeza angelical.

 

 

5. Aita Gurea Francisco Madina

Cuando con 15 años entre a cantar en la Coral de Etxarri Aranaz, fue la primera obra que escuché al coro. Posteriormente la canté y la he dirigido en múltiples ocasiones. Me impresionó por su fuerza, su mensaje directo y por su capacidad de emocionar. Interpretando esta obra recibimos con la Coral de Etxarri la mayor ovación que recuerdo y creo que es una de las obras que mejor llega al público, aunque éste no entienda el texto.

 

 

6. Ein deutsches Requiem Johannes Brahms

Aunque tener que dejar a Elias, II Sinfonía de Mahler, Mattheus Passion de Bach, Missa Solemnis y 9º Sinfonía de Beethoven ha sido muy duro, es el oratorio que más me me gusta tanto cómo interprete como oyente. Es una reflexión sobre la muerte -que nada tiene que ver con la misa de réquiem latina- basada en textos bíblicos elegidos por el propio Brahms. El amplio conocimiento adquirido en el estudio de la música antigua alemana (Schütz, Bach…) se plasma en una obra que aúna lo moderno con la tradición de la música sacra alemana. Las magistrales fugas, los guiños modales, los grandiosos finales, la delicadeza del quinto movimiento con la soprano solista o las fugas del tercer y sextos movimientos son de tal riqueza que cada vez que la escucho o dirijo, encuentro algo nuevo en la obra. Parece una fuente inagotable de sabiduría

 

 

7. 1ª Sinfonía Johannes Brahms

Dentro del variado catálogo sinfónico las sinfonías de Beethoven y Brahms ocupan el lugar más alto del escalafón. Entre todas las de estos dos últimos autores (quitando la novena), la 1ª sinfonía de Brahms es mi favorita sin lugar a dudas. Los temas que compone Brahms en sus sinfonías además de bellos son grandiosos, y su música me aporta una sensación de solidez, fuerza y equilibrio; parece que en su sinfonías estuviesen resumidas 300 años de historia de la música.

 

 

8. 10 melodías vascas Jesús Guridi

Jesús Guridi es el gran autor vasco junto al Padre Donostia. Trabajó todos los géneros y en todos ellos dejó ejemplos magistrales. Junto a Donostia es quien mejor han sabido tratar las melodías populares vascas tanto en armonizaciones para coro como en obras instrumentales. Las diez melodías son un ejemplo de adaptación de los temas populares a una gran orquesta sinfónica y una clase magistral de instrumentación. Me tocan en lo más íntimo y me emocionan como pocas obras.

 

 

9. La flauta mágica W.A. Mozart

Yo no soy un gran seguidor de la ópera y realmente hay una docena que realmente me gusta. Si bien hay óperas más emocionantes (Carmen, Boheme, Rigolletto, Tosca…), otras que son brillantes obras de teatro (Las Bodas de Fígaro) o divertidas (Barbero o Cenerentola), La Flauta Mágica musicalmente es la ópera más redonda a pesar de que se le achaque que el texto deja mucho que desear. Me da igual. ¿Será que no la entendemos? Una obra imprescindible.

 

 

10. Ständchen D957 Nr 4 Franz Schubert

Difícil elección porque el Lied francés me gusta mucho -Fauré, Debussy y Poulenc especialmente- pero creo que en este género los autores alemanes cómo Schubert, Schumann, Brahms, Wolf, Strauss y Mahler están en un nivel superior. Schubert, por supuesto, está en la cumbre. Nadie como él aúna la inspiración melódica-armónica, el lirismo y la fuerza dramática. En Ständchen las características antes mencionadas se agrupan magistralmente.

 

 

 

 

Autor entrada: Xabier Armendariz

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