MÚSICA Xabier Armendáriz
«Orff stravinskiano»
Martes, 22 de noviembre de 2022. Auditorio y Palacio de Congresos Baluarte de Pamplona. Jone Martínez, soprano. Carlos Mena, contratenor. Javier Franco, barítono. Orfeón Donostiarra. Jose Antonio Sainz Alfaro, director del coro. Orquesta Sinfónica de Euskadi. Pablo González, director. Richard Strauss: Don Juan, Op. 20, (1888). Carl Orff: Carmina Burana, (1937). Concierto inscrito en la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Euskadi 2022-2023.
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Los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi en Baluarte casi siempre ofrecen una buena presencia de público. Como hasta hace poco la orquesta vasca era la única con temporada estable en Pamplona que ofrecía sus programas una sola vez, el público no se dividía y la sensación en los conciertos solía ser de gran ocupación. Con todo, lo del concierto que nos ocupa fue algo raro, excepcional en las temporadas de conciertos pamplonesas. Pocas veces se puede comprobar que Baluarte se ocupa en su práctica totalidad. Había inusual expectación, no sólo entre los abonados sino también entre los asistentes más ocasionales.
Y es que el reclamo de Carmina Burana de Carl Orff sigue funcionando. Esta composición, basada en los textos goliardescos del siglo XII encontrados en el monasterio bávaro de Beuern, sigue ejerciendo un poderoso influjo popular entre los espectadores. El Orfeón Pamplonés ha divulgado especialmente entre nosotros la obra, pero escucharla a un coro diferente como el Orfeón Donostiarra añadía expectación. Y esta cantata escénica, en cuya música Orff inició un nuevo lenguaje que combina elementos arcaizantes con influencias de Stravinsky, entre otros, volvió a triunfar en Pamplona.
El primer elemento de ese triunfo fue la actuación del Orfeón Donostiarra. El conjunto celebra en 2022 su aniversario número 125 y mostró una excelente forma. El factor decisivo fue la sección masculina, de singular empaque. El mejor momento de su actuación fue “In taberna quando sumus”, donde demostraron virtuosismo en las agilidades y una gran capacidad de matización. En conjunto, fue lo mejor de todo el concierto.
La dirección de Pablo González tuvo verdadero interés, de acuerdo con el planteamiento de la obra que el asturiano decidió adoptar. El actual titular de la Orquesta de Radio Televisión Española decidió subrayar las influencias más modernistas de la escritura de Carl Orff. Fue una versión vitalista, algo tendente a la precipitación en ocasiones, pero con momentos muy bien resueltos, como el acompañamiento al recitado casi salmódico del abad de Cucaña. A cambio, los fragmentos más rústicos, como el “Floret silva nobilis”, perdieron algo de su sabor característico y resultaron algo mecánicos.
El nivel de los solistas vocales fue diverso. Fue un acierto la elección de Jone Martínez para la parte de soprano, pues la guipuzcoana dispone de un timbre de soprano ligera ideal para ella, como demostró en “Stetit puella”, más que en la más conocida “In trutina”. No fue tan buena idea encomendar la parte de tenor a Carlos Mena. En “Olim lacus colueram”, Orff pide que sea un tenor el que cante en falsete y recoja así esta parodia de un cisne que relata su propia preparación para el consumo humano. Los contratenores están demasiado acostumbrados a emitir en falsete y utilizar a uno de ellos para este pasaje es quitarle buena parte de su gracia. Carlos Mena, que es el mejor estilista de su cuerda, se esforzó por intentar lograr que su impoluta técnica canora fuera menos perfecta de lo habitual en él y así conseguir el efecto preciso, pero no fue suficiente. Javier Franco hizo una buena labor con la parte de barítono solista, aunque como tantos otros en esta parte, se le vio algo apurado en los agudos.
El concierto se había abierto con una interpretación muy lograda del Don Juan de Richard Strauss, la primera obra de madurez del autor bávaro. Sin embargo, el público había acudido a escuchar los Carmina Burana y al Orfeón Donostiarra, y en ese sentido, desde luego, salieron encantados de un concierto de gran nivel.